Cada estación del año tiene sus peculiaridades, colores y escenarios idílicos. Por eso, a la hora de escoger el mejor mes para casarse, hay que valorar siempre los pros y los contras para decidir con la máxima propiedad. En el siguiente post, te hablamos de las ventajas y desventajas de cada época del año, para que puedas tomar la mejor decisión sin sobresaltos ni imprevistos. ¡Toma nota!
Escoger la fecha de boda es el primer paso después del compromiso. Esta elección dependerá de muchos factores como, por ejemplo, el lugar o estilo de la celebración, que el día sea simbólico para ambos o que la estación del año encaje en vuestras agendas. Lo cierto es que cada mes tiene sus pros y sus contras, con aspectos que van desde el clima o las horas de sol, hasta el calendario laboral. ¿Cuál es entonces el mejor mes del año para casarse? Es difícil responder a esta pregunta, pues cada uno tiene sus particularidades, su encanto y sus dificultades. Por eso, escoger vuestra fecha de boda será siempre una decisión muy personal.
En primavera, renacen las flores y también se enciende el amor. Es la época del año que engloba principalmente los meses de abril, mayo y junio y la que marca el inicio de la temporada nupcial, pues el buen tiempo y las temperaturas suaves son un excelente motivo para disfrutar del ambiente festivo. Casarse en primavera te ofrece paisajes hermosos donde capturar recuerdos inolvidables, multitud de opciones a nivel floral y, sobre todo, ese equilibrio térmico que solo tienen las estaciones intermedias. No obstante, abril y mayo son también meses donde las lluvias pueden aflorar de manera repentina, intercaladas en un maravilloso día de sol y donde al caer la noche, puede que sea necesario resguardarse del fresco, principalmente al inicio de la estación.
Los meses de julio, agosto y septiembre son los preferidos para la mayoría de las parejas, en gran parte por el clima y la elevada disponibilidad laboral. Meses cálidos, en los que podréis escoger sin problema cualquier escenario o ambiente; donde apetece alargar la fiesta hasta altas horas de la noche y en los que tendréis más opciones para crear distintos ambientes en un mismo espacio exterior. Además, al disponer de más horas de sol, habrá mucho tiempo para capturar fotografías espectaculares. No obstante, la elevada temperatura puede resultar incómoda para los más calurosos y el verano puede hacer que los precios se incrementen al existir una mayor demanda, así que, no todo son ventajas.
Octubre y noviembre aportan a las celebraciones un precioso colorido otoñal, con un amplio contraste de tonalidades, dando mucho juego en la decoración de los distintos espacios nupciales. En esta estación, las bodas durante el día lucen mucho y permiten disfrutar de espacios exteriores con temperaturas suaves y agradables. El otoño está cada vez más demandado por las parejas que buscan casarse en épocas menos concurridas, aunque a menudo puede resultar un inconveniente desconectar del trabajo en estos meses, dependiendo del sector profesional al que os dediquéis.
Y para los amantes de las celebraciones exclusivas, que toleren bien las bajas temperaturas, las bodas en diciembre y enero son también una magnífica opción. Casarse en estos meses permite disfrutar de veladas íntimas con elementos poco vistos en el universo nupcial, pero que aportan matices genuinos e irrepetibles a la decoración y a las fotografías. Casarse en Navidad o en Año Nuevo le dará un toque inolvidable a vuestra boda, la cual -por nombrar algún inconveniente- siempre deberá celebrarse en un espacio interior. Sea como sea, cada mes tiene un carisma inigualable, porque al final, es la personalidad de cada pareja la que convierte una celebración en única y especial.
¿Y tú?, ¿sabes ya en qué mes del año darás el esperado sí?